Francisco Javier Soto Vidal (Cartagena, 1988), más conocido como Fran Soto, es técnico superior de sonido, además de músico-compositor y productor autodidacta. Coincidimos trabajando juntos, primero para Youpping (la empresa murciana de e-commerce), donde un servidor se encargó de grabar la voz corporativa que presentaron a nivel nacional, y Fran hizo el resto. Compuso una música original, ideal para el tipo de trabajo que nos requería para su vídeo la empresa de 3D (también murciana) Gloom Studio, que fue nuestro contacto con el cliente y que hace un trabajo pionero en la Región de Murcia. Tiene su estudio en Los Dolores, donde trabaja con dos pantallas de ordenador y un teclado que son, como el barro y el torno para el alfarero, las herramientas de trabajo de Fran.
Sin embargo, su verdadera pasión es la música, en concreto, la de género épico, para que os hagáis una idea, al más puro estilo John Williams. Instrumentación de cuerda, percusiones poderosas y cambios vertiginosos de ritmo que le confieren la entidad de una banda sonora en toda regla. Dramatismo hecho canción. Actualmente trabaja para la empresa londinense Really Slow Motion, con sede en Londres y capitaneada por el español Agus González que, además, está a punto de trasladar su sede a Los Ángeles debido al éxito de su modelo de negocio y de sus composiciones. Se encargan de poner sonido a tráilers de películas tan actuales como Pacific Rim, Capitán América o Las Tortugas Ninja, es decir, muchos de los taquillazos del momento. Presta también servicio para la empresa germana Best Service (liderada, curiosamente, por otro español, Eduardo Tarilonte). Con ellos, se encarga de hacer demos para librerías virtuales, idéntica tarea que desempeña para Strezov-Sampling, una compañía búlgara más enfocada a las librerías de coros. Actividades que compagina con la industria publicitaria y del marketing; el mundillo que hizo que nuestras carreras se cruzaran.
Tiene un grupo de música que se llama Epic Soul Factory, con el que prometen dar guerra en breve. Son cuatro componentes y trabajan desde sus domicilios, donde intercambian los archivos sonoros con algo tan simple como un correo electrónico. En este caso, el teletrabajo ahorra muchos costes. Fran tiene un talento natural. Lo comprobé cuando le expliqué un ritmo de batería y lo reprodujo de forma idéntica con su teclado. La técnica de tocar la percusión con las teclas de un órgano se llamakeydrumming, y Fran es un crack haciéndolo. Le sale de forma natural. Tiene swing.
Ha vivido la crisis como todos, pero empieza a cosechar los frutos después un duro trabajo. “He sufrido mucho psicológicamente, sobre todo, cuando la gente me decía que me buscara un trabajo de verdad”, confiesa. A pesar de ello, su tesón y su dedicación le están permitiendo hacerse un nombre en una industria complicada, donde abunda la piratería y la cultura del ‘todo gratis’. “Hoy en día es muy fácil subir cualquier cosa a Spotify o iTunes, tienes que trabajar una idea y apoyarte en un buen marketing”, eso sí, avisa: “no esperes hacerte millonario”. O sí, quién sabe. Compañías de esta envergadura empiezan a pagar unos ingresos dignos a sus clientes a partir de las 70.000 reproducciones mensuales. A él le escuchan en todo el mundo.
Como todos los murcianos y cartageneros con talento, Fran busca sinergias. Y en este caso, la ha encontrado en Salva Espín, nuestro dibujante de El Esparragal de la Marvel, que en breve comenzará a impartir el Máster en Creación de Videojuegos en la Universidad Miguel Hernández de Elche. De hecho, Fran participará en un seminario. Ojalá estemos hablando del próximo Roque Baños. Hay madera.
*** Si tenéis curiosidad en escuchar sus trabajos, dadle a la tecla:
*** Una apreciación canalla. Yo cada vez que le escucho, no puedo evitar entonar eso de… “Mi nombre es Máximo Décimo Meridio, general de los ejércitos del Norte, comandante de las legiones Fénix, fiel servidor del verdadero emperador Marco Aurelio, padre de un hijo asesinado, esposo de una mujer asesinada, y alcanzaré mi venganza, en este vida o en la otra”. (léase aumentando, in crescendo, el tono dramático).
Salud, hermanos.
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