
Tenía cierta curiosidad por ver en acción el octavo trabajo de mis paisanos. "Memorias de un espantapájaros" está muy en la línea de "Sopa Fría", lo que supone un nuevo giro de tuerca hacia un rock de raíces, en la onda de Wilco, Jayhawks o Tom Petty. Suenan sólidos como siempre y maduros como nunca.
Abrieron el bolo con "El viaje", una explosión eléctrica que recuerda en ciertos riffs de guitarra a "Antihéroe". Siguieron con "Amor universal", quizá, el tema más M-Clan de todo el disco. Con fuerza, potente y con un mensaje que evoca temáticamente a su versión del Serenade de Steve Miller Band (Llamando a la tierra). Los murcianos vuelven a hablar de galaxias, de estrellas y de "hacer el amor sin gravedad".
Hicieron un recorrido completo por los temas del nuevo disco, de hecho, hicieron hasta 8 de las 11 canciones que encierra el sencillo. En cuanto al resto del repertorio, pudimos oir clásicos como Perdido en la Ciudad, Usar y Tirar, Quédate a dormir, Chilaba y cachimba, Mario, Miedo o Maggie Despierta, la versión del Maggie May de Rod Stewart. Intentaron compensar lo nuevo con lo de siempre, eso sí, se nota que les aburre soberanamente cantar Carolina o Llamando a la tierra. La pregunta es si ha llegado el punto en el que se pueden permitir el lujo de prescindir de canciones que ya no aportan en directo (más allá de que las groupies las coreen como si les fuera la vida en ello).
"Memorias de un espantapájaros" es muy telúrico, muy paisajístico, un disco muy otoño-invierno. Si pudiéramos identificarlo con colores, hablaríamos de tonos ocres y marrones. Letras que evocan soledad y melancolía.
Requiere una mención especial la metodología de trabajo. Según reconoció Carlos Tarque, su vocalista, las canciones se trabajaron en función de unos textos, unas letras, unos conatos de poemas, a los que posteriormente se les añadió una música. Y ha funcionado. La ejecución es correcta y la factura exquisita (aquí debemos hacer mención a la producción, a cargo de Carlos Raya).
Joy Eslava se quedó pequeña para un concierto de presentación. Fue una equivocación hacerlo allí.
Mención al público y a los críticos listillos
Ya no hay melenudos en los conciertos de M-Clan. Hay una generación que ha nacido al calor del "Sin enchufe". Que conoce "Un buen momento" y "Coliseum", pero que no los ha vivido. Un grupo no es propiedad de nadie, un estilo no es propiedad de nadie. A los conciertos de rock van personas de todas las razas, colores y clases sociales. Incluidas las hooligans maleducadas y los críticos sectarios de medio pelo.
"La revolución se la llevó el viento, hermano".
2 comentarios:
Precisamente estaba ahora oyendo el disco...
Y qué te parece, Sergio?
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