Adoptauntío es el último grito en redes sociales. En concreto, de dating, es decir, webs de citas que ponen en contacto a hombres y mujeres que son incapaces de decirse un simple ‘hola’ con un gintonic en la mano, a pesar de que se atraigan. Dicen que la tecnología elimina barreras y nos hace más valientes frente al teclado de nuestro pecé. No solo nos idiotiza. Es como leer el periódico en una tablet. No me digáis que el papel no tiene mucho más encanto, ¿verdad? Por eso, nunca sustituyáis el garito por un flirteo virtual, es mi consejo canalla.
Pero, para los prejuiciosos, hemos de decir que esta web supera con creces el estereotipo generalizado de que quienes hacen uso de estas páginas son freaks inadaptados, horteras, o simplemente desesperados a la caza y captura de una cana al aire, al precio que sea. Nada más lejos de la realidad. Es hasta mainstream, que dicen los hipsters. La diferencia con otros proyectos similares como el popular Badoo estriba en que se trata de una web diseñada por y para mujeres. Es más, sus creadores la definen así: “AdoptaUnTio.es es una web donde los hombres son productos a la venta y las mujeres acuden a hacer sus compras. Una vez registrados, los tíos completan su ficha de producto y se colocan en las estanterías. Después, deben esperar pacientemente a que una clienta les añada a su cesta para poder entablar una conversación con ellas. Antes de que eso suceda, no pueden enviar ningún mensaje”. Desde el punto de vista marketiniano es absolutamente maravilloso. Pero la llamada discriminación positiva se nos ha ido de las manos. Los hombres somos un jodido cero a la izquierda. Eso sí, la estrategia publicitaria es sencillamente genial. Salen en la tele, por cierto.
Féminas, echadle un vistazo porque es francamente divertido. Tenéis para todos los gustos y colores: peludos, geeks, tatuados, pelirrojos, barbudos, pijos, rockers y golfos más o menos irredentos. La idea está exportada de Francia (Adopteunmec), donde ha triunfado como la Coca Cola con más de 5 millones de usuarios. En Facebook tienen casi 20.000 “me gusta” en España.
Pero me interesa Murcia, así que confieso que he hecho una labor de investigación desde la óptica que me más me atrae: cómo piensan mujeres. Así, me registro como una chica con ciertos ‘encantos’ (no es difícil que el equipo de moderación acepte una foto de Google imágenes que claramente es un fake). Cuál es mi sorpresa cuando veo fotos de tipos conocidos, de diferentes estamentos de la sociedad murciana, que parecen ser habituales en esto del ligoteo cibernético. No diré nombres. Eso sí, mi reclamo era perfecto: “busco chico para cuando mi marido esté de viaje”. Veinte minutos después, tengo que dar de baja la cuenta ante la avalancha de solicitudes. Hagámoslo a la inversa. Me ofrezco como hombre objeto. Y constato que los versos de Sabina son mucho más efectivos mirando a la cara en el ‘tigre’ de un bar. También veo caras familiares, de mujeres que frecuentan La Oveja Negra o Cougar Town. Desconozco su reacción cuando las vuelva a ver en esta Murcia que es un pañuelo. El riesgo es excitante. Una vez hecho el trabajo de campo, es el momento de cursar baja efectiva para evitar que mis derechos de imagen pululen lascivamente por la red.
Motivos: a) Una clienta me ha adoptado; b) No encuentro ninguna clienta que me convenga; c) Prefiero seguir siendo soltero, entre otras. Adivinad cuál elegí.
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