19 DÍAS y 500 NOCHES EN DUBLÍN
Uno de mis sueños de infancia se ha hecho realidad. El pasado domingo, mi amigo Pablo y yo nos lanzamos a la aventura de tocar en la calle. Era una gran responsabilidad, la verdad, porque Grafton street está repleta de músicos y artistas, algunos de ellos de gran categoría. Sí, son músicos callejeros, pero no mendigos, que quede claro. La concepción que se tiene de la música en Irlanda es muy diferente a lo que estamos acostumbrados en España; al menos en Murcia. Aquí se respeta al artista, se le valora y se le premia por su esfuerzo y trabajo. La música es parte de la idiosincrasia de esta sociedad.
Ya comenté que los precios de los instrumentos son muchos más baratos que en otros países de Europa. De hecho, lo he podido comprobar con mis propios ojos. He ido a un par de tiendas de música y me he encaprichado de media docena de guitarras... Qué os voy a contar. Al final sólo compré un juego de cuerdas y simulé estar interesado en un pequeño amplificador para tocar una Strato durante unos minutos. ¡Ya no me acordaba del tacto! Ése mástil estrecho, rápido, ideado para tocar rock and roll. Qué hermosura.
Preparamos un repertorio modesto, más bien escaso, después de una semana de intensos ensayos para que todo saliera perfecto. Y así fue. Quizá es lo de menos, pero recogimos 25 euros del estuche de nuestras guitarras en poco menos de hora y media de actuación. Estudiamos casi a la perfección el Entre dos aguas del grandísimo Paco de Lucía, con todo el respeto. A todo esto, he de decir que Pablo, es un magnífico guitarrista de flamenco, muy serio, fino y ágil con los dedos. Transmite mucha seguridad y sabe lo que hace. Es fácil tocar con él. Cantamos el 19 días y 500 noches de Sabina, que hizo las delicias de algunos de los españoles que transitaban por esta concurrida calle. Los irlandeses nos miraban con curiosidad. Porque cantamos con "sentimiento". Nos atrevimos con el Imagine de Lennon, e incluso hubo momento M-Clan para interpretar Usar y Tirar. Y eso es todo. Lo repetimos varias veces, si mal no recuerdo, cantamos la canción de Sabina y la de Paco de Lucía tres o cuatro veces. Hubo un momento en el que nos rodearon cerca de treinta personas. Hubo ovación. Me sentí enormemente feliz.
Para terminar, me gustaría pedir disculpas a los lectores por la demora a la hora de publicar, pero no se puede tener tiempo para todo. Lo del sombrero fue sólo diez segundos. Tenía una apuesta con mi amigo Fernando Olabe. Lo prometido es deuda. No pegaba cantar Sabina con sombrero de cow-boy. Cuando pueda colgaré un pequeño video para que os hagáis una idea de lo que es tener poca vergüenza.
Un saludo a todos.
4 comentarios:
La verdad es que ese look a lo Carlos Segarra no "pega" mucho en el repertorio que tocásteis, pero acaso The Edge es un ejemplo de buen gusto estético en los conciertos de U2 (uyy, cómo lea esto José Luis. Dirá algo así como "y tú que sabrás, pásame la cerveza).
Madre mia como van las cosas por Irlanda....mira q así se gana una pasta... porque la media diaria en el metro de Madrid tocando la flauta es de 36 eurazos¡¡¡¡¡
Espero q lo estes pasando bien, un abrazo.
Ey, qué envidia!!!Esto hay que hacerlo en Madrid o Barna. Espero que estés de puta madre y disfrutes de esta etapa. Aprende y ya sabes que estamos aquí para la vuelta. Saludos desde Onda Cero Elche. (sí, currando como un cabrón mientras otros se lo pasan bien)
Hola tio. Somos 3 que queremos ir este verano un mesecico a Dublin a tocar. Currandonos un repertorio latino-rockero. Pido consejo para saber si se puede tocar sin licencia ni na... Queremos ir con eléctrica acústica y batería eléctrica para eso tiramos con una batería para enchufar los amplis? Gracias tio! Long life rock and roll!!!
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