Crónicas Canallas (XLVI): Citas rápidas


Contaba el pasado jueves la escritora y filósofa Elsa Punset en un conocido programa de televisión que nuestro cerebro solo necesita 15 segundos para saber si una persona nos cae o no bien. Yo diría que esa cifra incluso puede decrecer en el caso de que te topes con un gilipollas. En ese supuesto se reduce. A algunos no les hacen falta más de cinco segundos para verlos venir, no más. Otras veces, tardas años en ‘olerlos’, y es ahí cuando llegan las decepciones y los madres mías. “Ya te lo decía yo…” o “No se le veía venir”, te machacaría de forma indulgente el angelito bueno, ese que se posa sobre tu hombro a modo de conciencia y al que generalmente no le haces ni puto caso. Si hablas con angelitos, lo más recomendable es que visites a un loquero. Por si las moscas.
También puede ocurrir que en esos 15 segundos cruciales te topes con una persona afín a tus gustos, del sexo opuesto, por la que puedes a llegar a sentir cierto grado de atracción  y con la que llegas a un acuerdo porque compartís cierto modus vivendi, y porque tu intuición te dice que podríais llegar a soportaros sin demasiadas estridencias. Es ahí cuando firmas el contrato, verbal o escrito, y surge una relación. Amistosa, sexual, amorosa, de conveniencia, libre o respetuosa. Quizás todo a la vez. Eso sí, conviene aclarar al principio lo de no tener sexo con otras personas. La fidelidad es un punto a favor. Sobre todo para evitar cabreos inoportunos y molestos. Y para no ir de cornudo por la vida, que está feo.
El concepto de speed dating (cita rápida, en inglés) tiene su antecedente en Estados Unidos. Fueron los judíos los que idearon este tipo de encuentros para relacionarse, sobre todo cuando se sabían minoría en una sociedad dominada mayoritariamente por los blancos. Incluso es un fenómeno que ha llegado a la televisión. En grandes ciudades como Madrid y Barcelona es una práctica habitual entre singles. El reunirse en bares para conocer gente nueva y, quién sabe, ir a la caza y captura de tu media naranja. Se acabó eso de quedarse para vestir santos.
Pero hablar de citas rápidas en una ciudad como Murcia suena francamente transgresor. Primero, porque, si algo caracteriza a los murcianos es una mentalidad bastante tradicional en este tipo de cuestiones. Aunque vamos avanzando: se organizan fiestas de singles que tienen buena acogida entre la gente joven, o encuentros de solteros con la excusa de practicar un idioma. El ligoteo va implícito. Poco a poco nos vamos liberando del cliché de ‘desesperado/a’ o ‘friki’ con el que se demonizaba a la gente que acudía a este tipo de quedadas. Lo vemos como algo más natural, más moderno. Incluso es cool.
Solteros, solteras y curiosos varios. ¿Dónde podéis hacer speed dating? Esta noche en La Posada de Correos (calle Simón García 2), junto al arco de San Juan. Lo organizan los últimos sábados de cada mes, y aspiran a convertirse en una referencia para el resto de bares de copas y cervecerías, ávidos de organizar este tipo de actividades, que les reportan afluencia a sus locales. También hacen intercambio de idiomas todos los martes. Además, siempre podéis pedir un Capote (zumo de arándanos, fresas, licor de naranja y vodka). Acaban de recibir el premio al Mejor Cóctel en la Ruta de la Tapa de Murcia. Eso siempre le dará un toque de distinción a vuestra cita. Todos los viernes cuentan con los servicios de una vidente, que te lee el futuro por el precio de una consumición. Por eso, yo de vosotros, consultaría primero el oráculo para saber si Cupido va a ser benevolente. Si os da apuro, el viernes 14 de diciembre organizan una cata de cervezas belgas. El alcohol siempre ayuda a perder un poco la vergüenza. Buena suerte.
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Juan Máiquez

A sus 30 años ha hecho de todo en el mundo de la Comunicación y el Marketing. Con 22 años, fue editor de boletines informativos en una emisora a escala nacional en Madrid. Dio el salto a televisión con 24, donde hizo de reportero (sin dejar la radio) en lugares tan privilegiados como el Congreso de los Diputados, el Palacio de la Moncloa o el Senado. En Murcia, ha pasado por casi todas las secciones del periódico para el que escribe, La Opinión de Murcia, donde firma la contraportada todos los sábados con sus #CrónicasCanallas. Comparte espacio con el escritor y articulista de El País Juan José Millás. Ha publicado en libros de Sociología y prepara una nueva entrega editorial. Ha saltado al mundo del marketing con trabajos de locución para videos corporativos, ha vendido publicidad para una emisora de radio e, incluso, ha organizado una feria de vino en inglés en la provincia de Alicante. De hecho, tiene un blog en el portal americano www.examiner.com. Todo esto, sin abandonar su actividad periodística y su faceta como músico, escritor y radiofonista, parcela en la que tiene un posgrado.

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