MADRID AMANECE
Cambio las calles grises dublinesas, las pintas de cerveza y los acordes callejeros por el caos armónico de Madrid. Una ciudad agujereada, donde una pequeña parte de nuestro tiempo diario lo pasamos bajo tierra. Todo el mundo tiene prisa, todos corren. No hay hueco para la reflexión. Simplemente actúas. O te dejas llevar.
Atrás dejo Temple Bar, los prados verdes de Cork bañados de soledad y melancolía. Y un homenaje muy sui generis al gran Joaquín Sabina y al gran Paco de Lucía. Todo por el módico precio de 25 euros.
Cierro ciclos, etapas. No quiero mirar atrás si no es con los ojos cerrados. Todo ocurre a una velocidad vertiginosa y no es momento de tener miedo. Sólo espero el instante de agarrar con fuerza el micrófono, controlar mis nervios y el temblor de mi voz. El subidón de adrenalina.
Compruebo que el negocio mobiliario madrileño es una estafa. El precio de los pisos se resiste al bolsillo de un recién licenciado. Siempre que tengas suerte y encuentres algo. De momento, un bajo en la calle Berruguete, en el distrito de Tetuán, espera ser amueblado al más puro estilo de las Heras-Máiquez. Por cierto, si os sobra algún mueble, es bienvenido en la república independiente de nuestra casa. También estáis invitados. No os olvidéis el saco de dormir y alguna que otra manta…
También hay tiempo para el ocio. La filmoteca de Lavapiés nos deleita con una proyección de cine mudo del director Ernst Lubitsch. Nos retrotraemos a los años previos a la Primera Gran Guerra para comprender que siempre es un buen momento para sonreír en la zapatería de Pinkus. O que se puede engañar a una suegra con una simple peluca. El piano en directo se encargaba de crear una atmósfera capaz de hacernos viajar en el tiempo.
En la taberna de Moe –y no precisamente la de Los Simpsons-, pudimos comprobar lo largas que son las manos de Edu Big Hands cuando empuña una Stratocaster. Rithm and Blues acompañado de ron con Coca-Cola y gominolas. En el Honky-Tonk nos espera Circodelia y su rock stoniano y descarado. Los Ronaldos de la mano de una voz femenina prodigiosa. Y espero hablar con los chicos de 69 Revoluciones. Que me deben una entrevista.
Como diría el difunto Hilario Camacho -que en paz descanse-: Madrid amanece.
5 comentarios:
Eso espero, tío. Muchas gracias por el comentario. Un abrazo.
Disfruta(d)
Lo mismo digo. Un abrazo, Sergio, a ver cuando nos haces una visita
Ey!, supongo que sigues en madrid, pero recordando aquel concierto de sol lagarto en retrodelia, por si no lo sabes este viernes vienen los Ron Vudú. Yo iré seguro, asique si quieres fotos solo tienes que decirmelo, jeje!
Es una pena que no andes por aquí, porque me hubiera gustado conocer a alguien con gusots musicales tan parecidos a los mios.
Lo dicho, y que vaya bien por la capital.
Un saludo!
Un saludo, Bardoq. Mándame una fotillo para que hable de estos chicos, que merece la pena. Tiene buena pinta este último disco. Tengo pendiente ver a Circodelia y colgar un articulillo sobre Garaje Jack.
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